miércoles, 29 de abril de 2009

Una Fabula sobre el Amor


Un esposo fue a visitar a un Sabio consejero y le dijo que ya no quería a su esposa y que pensaba separarse. El Sabio lo escuchó, lo miró a los ojos y solamente le dijo una palabra: Ámela.

Luego se calló.
-Pero es que ya no siento nada por ella.
-Ámela, repuso el Sabio.

Y ante el desconcierto del señor, después de un oportuno silencio,

-Agregó lo siguiente:

"Amar es una decisión, no un sentimiento; amar es dedicación y entrega. Amar es un verbo y el fruto de esa acción es el amor.

El amor es un ejercicio de jardinería: arranque lo que hace daño, prepare el terreno, siembre, sea paciente, riegue y cuide.

Esté preparado porque habrá plagas, sequías o excesos de lluvia, mas no por eso abandone su jardín.

Ame a su pareja, es decir, acéptela, valórela, respétela, darle afecto y ternura, admírela y compréndala.

Eso es todo "ámela".

El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se envanece; el amor no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor; no se goza de la injusticia, mas se goza de la verdad, Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta El amor nunca deja de ser. 1 Corintios 13

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